La salud es más que la ausencia de enfermedad; es un equilibrio entre tu

cuerpo, mente, y espíritu.

 

La Salud Física

El ejercicio: se recomienda al menos 90 minutos de ejercicio cada semana. Algunas formas de ejercitarte son: caminar, montar bicicleta, trotar, clases de danza, practicar un deporte, o clases de crossfit.

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La Alimentación sana: la salud está relacionada directamente en un 75% con los alimentos que ingerimos a diario. La alimentación sana incluye: disminuir el consumo de carnes grasosas; aumentar el consumo de vegetales, granos, y frutas; reducir el consumo de sal; y consumir más fibra para evitar la absorción de tóxicos cancerígenos

Mantener un peso apropiado: Controlar el peso tiene más que ver con nuestro hábitos alimenticios que con nuestra dieta. Los buenos hábitos incluyen:

  • No saltar ninguna comida
  • Comer despacio y masticar bien los alimentos
  • Colocar poca comida en el plato, y descansar antes de repetir el plato
  • Evitar comidas pesadas en altas horas de la noche

La Salud Mental

Se estima que aproximadamente 75% de las enfermedades tienen su origen en problemas mentales o emocionales, tales como: sentimientos de culpa, sentimientos de ira, tensiones nerviosas, ansiedades, depresión, y agresividad.

Para mantener una buena salud mental necesitamos reprogramar nuestra forma de pensar:

  • Conocer nuestras debilidades y limitaciones
  • Analizar lo que nos lleva a sufrir alguna crisis
  • Pensar en lo positivo: los pensamientos son como la alimentación mental – dependen de lo que introducimos. Trata de reemplazar los pensamientos negativos por positivos.
  • Desarrollar tu potencial como persona. Trata de tener un nuevo pasatiempo, estudia algo nuevo, o realiza cualquier actividad que mejora tu persona.
  • Mantener buenas relaciones con tu familia.

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La Salud Espiritual

Tu salud espiritual nace en esta verdad: “No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (I Juan 4:10)

Las Claves para la Salud Espiritual son:

  • Confianza – confiar en Dios por medio de Jesucristo
  • Sinceridad – Dios ya te conoce. Necesitamos admitir ante El nuestras faltas y errores.
  • Esperanza – Además del cielo, en Dios tenemos un potencial de crecimiento sin límites!
  • Servicio – Cuando alguien necesita de tu ayuda, sé la voz, los pies y las manos de Jesús.

La Biblia dice:

El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor. El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen. (Salmo 145:8 y 14)

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