Aprender de las equivocaciones suele ser un poco más difícil de lo que imaginamos, y aunque siempre intentamos hacer las cosas lo mejor posible, es inevitable no errar.

Por ello, es muy importante que sepamos asumir nuestros errores y aprendamos de ellos viéndoles el lado positivo. Aprender de nuestras equivocaciones y obtener información positiva de ellos nos da una visión más amplia de la realidad y nos dota de experiencias para el futuro.

Hay personas que no son capaces de aprender de las equivocaciones  y asumir las responsabilidad de ellas, creen que nunca cometerán errores y lo atribuyen a la mala suerte o a las malas actuaciones de los demás. Otras tiene una actitud pasiva y prefieren no tomar ninguna decisión para no equivocarse, nunca se arriesgan, no soportan el fracaso, suelen tener muy baja autoestima y, para ellas, cometer un error es algo terrible. Casi siempre ser individuos dependientes y prefieren que otros decidan por ellos. Estas personas difícilmente van a fracasar, pero tampoco van a ser felices.

Hay que analizar los errores lo más objetivamente posible, estudiar los motivos que nos han llevado a equivocarnos y reflexionar sobre ello, y es fundamental hacerlo con sinceridad para encontrar la verdadera razón de la falta.

Cuando uno comete un error es normal sentir cierta angustia o desconcierto, pero hay que evitar que la ansiedad y la culpa nos paralice o nos lleve a pensamientos negativos que afectan a nuestra autoestima.

Haberse equivocado te ofrece información para mejorar tu forma de actuar y decidir en el futuro.

Ante situaciones similares no te derrumbes ni autocompadezcas; ten presente que estas situaciones permiten madurar. Lo ocurrido te va a ayudar a curtirte en la vida y a aprender cada día algo nuevo

¡Compártelo!