¿Sientes que el frío te desanima? No es un secreto para nadie que llegan los días helados y nuestro estado de ánimo cambia automáticamente, pues el invierno trae consigo días grises y la noche llega más temprano, a diferencia del verano u otoño.

Si, a pesar del frío, pasamos un día excelente, pensamos “bueno, no importa, porque tuve un día genial”; sin embargo, si tenemos un mal día y a esto le sumamos las bajas temperaturas, pues lo más probable es que será más terrible de lo que esperábamos.

El trastorno afectivo estacional

Se dice que los que sufren este trastorno pueden sentirse particularmente afectados por la falta de luz durante los meses más oscuros. Estudios indican que cuando estas personas se exponen a la luz del sol, sobre todo durante las horas de la mañana, tienden a sentirse mejor.

A mal tiempo, buena cara

Aunque en estos días nos cuesta muchísimo levantarnos de la cama para trabajar, ir al colegio, hacer alguna diligencia pendiente o para los quehaceres del hogar, debemos darnos ánimo y ver lo positivo y maravilloso del invierno.

Por ejemplo, a algunos en Santiago les causa tanto placer ver lo hermosa que es la cordillera cuando está nevada, que un buen panorama de fin de semana podría ser ir a la nieve; otra manera de valorar el invierno es pensar en el calor que hace en verano, y lo desagradable que es andar en el transporte público o caminar por la calle, es decir, bien abrigados en invierno “pasamos piola”.

Otra manera de ver lo maravilloso del invierno es que el frío nos crea la necesidad de llegar al calor de nuestras casas, y disfrutar de una buena conversación en familia o ver una película, o ¿por qué no?, de disfrutar de una rica cazuela de ave o vacuno calientita, o una buena oportunidad para comer unas deliciosas sopaipillas pasadas.

¡Así que no te preocupes por el frío, abrígate bien y disfruta de esta linda temporada de invierno!

Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Salmos: 90-12