Tener paciencia te convierte en ganador - Mi Camino - 21022019

Te mudaste a tu primer departamento y, dos meses después, todavía tienes una olla y un saco de dormir. Pusiste todo tu empeño en ese proyecto que te quitó el sueño y todavía no despega… Uff, ¡qué difícil es esperar cuando consideras que ya ha transcurrido el tiempo suficiente para obtener resultados!

Sin embargo, las grandes cosas casi siempre se dan después de recorrer un largo camino, y esto cuesta entenderlo. Por eso, hemos reservado este espacio para demostrarte que tener paciencia te convierte en ganador.

Mantente en la competencia

“Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia”, lo dice la Biblia en la carta a los Romanos, capítulo 8, versículo 25. El hecho de que puedas conservar la calma mientras trabajas por lo que anhelas es lo que va a mantenerte firme hasta el final de la prueba.

Por lo general, los inicios son complicados, pero normalmente lo que nosotros observamos es el resultado de un gran esfuerzo: la linda casa, el auto nuevo, el empresario exitoso, el atleta victorioso y no reflexionamos en las derrotas que tuvo que superar el primero de la competencia hasta levantar el premio mayor.


Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia.

Romanos 8:25

¿Imaginas a alguien surfeando con un solo brazo? Bethany Hamilton es una surfista hawaiana que a los 13 años casi muere cuando un tiburón le arrancó el brazo izquierdo. En el ataque perdió 60% de la sangre. Todo parecía indicar que Bethany ya no conquistaría olas; no obstante, ella se mantuvo determinante en lo que quería: convertirse en profesional. Retornó al mar luego de recuperarse por 10 semanas. Hoy, esta chica de 29 años de edad tiene una impresionante carrera en la que ha subido a lo más alto del podio en muchas ocasiones.

Por más oscura que parece la travesía, las personas triunfadoras caminan con perseverancia, optimismo, gallardía, no sufren de ansiedad y no se amilanan ante el primer imprevisto.

Aprecia el trayecto

Si ya te has trazado un objetivo debes estar consciente de que los acontecimientos trascendentales demandan más tiempo, esfuerzo y paciencia, ¿cómo alimentas a esta última? Enamorándote del proceso.

Aprende a amar cada etapa del viaje; por ejemplo, si estás en la universidad la meta es lograr titularte. Ves muy lejano el propósito hasta que haces amigos, vas a fiestas, descubres las materias que más te gustan, te sientes impulsado por las buenas calificaciones, te deprimes al haber reprobado ciertos exámenes, la gente que te atrae no te hace caso y en un abrir y cerrar de ojos culminaste la época universitaria, esa que tanto temor te produjo al principio y que ahora despides con melancolía.   

Tienes que concebir a cada fase de tu existir como una oportunidad de crecimiento y superación personal.

Valora el premio

Reconoce cuando has conseguido algo al saber aguardar. Nadie nace siendo paciente. Un bebé exige inmediatez y llora al no encontrarla. Muy temprano nos damos cuenta de que debemos frenar a la impulsividad: al hablar, al actuar.

La paciencia nos conduce a la serenidad. Esto no significa que tenemos que aguantar todo sin protestar; al contrario, estar calmados nos ayuda a tomar las decisiones correctas.

Un individuo paciente es sabio porque ha logrado controlar todas sus emociones para proceder de la manera más beneficiosa para él. En situaciones desalentadoras, recuerda que descansar en la calma contribuye a identificar las soluciones y a sobrellevar las consecuencias.

*Redacción: Elianeth Pineda


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